En homenaje a Tomás Pollán Santamaría, que tanto contribuyó a que la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado diese sus primeros pasos














El día 4 de febrero de 2010, a las 19 horas, el "Colectivo de profesores" de la Universidad de Zaragoza hará un homenaje a Tomás Pollán Santamaría, que se desarrollará en el Paraninfo, bajo la presidencia del Rector Magnífico, D. Manuel José López Pérez.

La Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado (RIFOP), aprovecha esta oportunidad para rendir también homenaje a Tomás, sin cuyo apoyo decidido, a finales de los años ochenta del siglo XX, es muy posible que la RIFOP se hubiese convertido en historia hace ya mucho tiempo.

En este sentido, reproduzco, ampliándolo, el comentario que dejé, el 25 de septiembre de 2009, en el blog de Enrique García, Decano de la Facultad de Educación de Zaragoza:



Con estas palabras finalizaba, allá en el lejano abril de 1987, el Editorial del número cero de la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, que tuvo su primera Sede Social (actualmente situada en la Facultad de Educación de Zaragoza), en la entonces Escuela Uni
versitaria de Magisterio de Teruel.


He aquí otra de las aportaciones, quizá desconocida para mucha gente, de un hombre de ciencias profundamente apasionado por las humanidades y por la formación integral del ser humano.

Tomás Pollán se interesaba con frecuencia por el devenir de esta revista, que solía leer, según el mismo comentó en numerosas ocasiones; y a la que siempre tuvo un cariño muy especial. Quizá, entre otras cosas, porque el Presidente de su Consejo de Redacción, el profesor Martín Rodríguez Rojo, es alguien cargado de profundas resonancias para Tomás y para Amelia, desde los tiempos en que ambos eran estudiantes universitarios.

Tomás ya no podrá leer el editorial del último número de la RIFOP (66, diciembre de 2009), en el que se publica un monográfico sobre “El Optimismo”, un artículo breve que finaliza destacando que “Frente a la cultura de la queja que propagan los agoreros y catastrofistas de siempre, nosotros estamos convencidos de que la institución escolar tiene hoy una importante misión que cumplir: llevar a las aulas el aprendizaje de las fortalezas humanas y del optimismo inteligente, y poner todo ello al servicio de la construcción de un mundo más pacífico, más justo, más solidario y mejor para todos”.

Vayan estas palabras por Tomás, un hombre lleno de humanidad que dedicó toda su vida precisamente a esto. Como gestor, como profesor, como investigador, como ciudadano, como persona… fue un luchador infatigable. Estableció vínculos significativos y profundos y se planteó objetivos, metas y compromisos compartidos y solidarios, porque estaba convencido de que la construcción de un mundo mejor, más humano, más justo y más feliz, no es una cuestión individual, sino un proyecto social y colectivo.

Como decía Hellen Keller (Optimismo, 1903), cuya vida inspiró “El milagro de Ana Sullivan”, la famosa película galardonada con dos Óscar en 1962, "Ningún pesimista ha descubierto el secreto de las estrellas, ni ha navegado por mares desconocidos, ni ha abierto una nueva puerta al espíritu humano”. Esto es algo que queda para los optimistas inteligentes, y Tomás era sin duda uno de ellos.



Quiero destacar que Tomás fue un profesor excepcional, y mejor persona, como han señalado, en el blog de Enrique García Pascual, algunos de sus alumnos y ex-alumnos, que lo expresaban de esta forma:

- El mejor profesor que he tenido en mi vida.

- Una referencia ética, una de esas personas que te hacen creer en otro mundo posible.

- Me enseñaste a amar la electrónica como profesor, y a amar la vida como persona comprometida, dejándome un poso que no dejó ningún otro profesor.


¡Lástima que desde la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado (hoy en pleno desarrollo) nunca le pidiésemos a Tomás que nos escribiera algo sobre su forma de dar las clases... !


Ya finalizo, pero antes quiero dejar constancia de unas notas entresacadas del mensaje que yo mismo escribía el día 28 de septiembre de 2009 a un amigo común, que por aquel entonces estaba en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). Este amigo es Martín Rodríguez Rojo, la persona que casó a Tomás y Amelia, y que hoy es profesor emérito de la Universidad de Valladolid y Presidente del Consejo de Redacción de la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado. Le decía, entre otras cosas, lo siguiente:

“Supongo que estarás al tanto de la muerte de Tomás Pollán, en Italia. El funeral ha sido impresionante, impresionante... ¡Al vent, la cara al vent...! rompía el hielo en la Iglesia. Y luego las intervenciones del sacerdote, de Amelia, de sus dos hijos, de Marina (su hermana), de los amigos..., y esas lecturas de manuscritos hondos y palpitantes, que nos encogieron el corazón a todos y que llenaron de lágrimas nuestros ojos. La ceremonia finalizó con un aplauso cerrado e interminable a un hombre no sólo comprometido, luchador e inteligente, sino también afectuoso, cercano y bueno.”
Martín remitía a vuelta de correo el siguiente poema, dedicado a Tomás y Amelia:


Por qué.
Por qué te fuiste, hombre.
Por qué no dijiste nada.
Por qué solos con el llanto, ahora.
Otros siguen hablando sin comunicar.
Necesitamos tu lengua roja.
Otros explican sin llegar al alma.
Necesitamos tu voz, la que quemaba
cuerpos, la que cantaba al alba.
Por qué te fuiste, Tomás,
con lo pesada que era tu carga.
Una carga de valores, una alforja de esperanzas,
Una mochila de ensueños,
Una humanidad entera,
en un solo hombre albergada.
Donde estás para buscarte.
No lo resisten mis ojos, ni mis manos,
Ni mi ilusión traspasada.
Iré tras de ti, Tomás,
Hasta encontrar tu lanzada.
Quiero levantar el cruel sable
Que arrebató tu estatura,
Quiero clavármelo a mí
Y ocuparé tu lugar
en el pozo de la muerte,
Pero vuelve tú a la vida.”


Otras referencias sobre Tomás Pollán Santamaría (cliquear en cada una de ellas):


















Se me detuvo el tiempo (poema de Casimiro Prada, dedicado a Tomás Pollán)

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José Emilio Palomero Pescador
Editor de la Revista interuniversitaria de Formación del Profesorado (RIFOP)
Editor den la Revista electrónica interuniversitaria de Formación del Profesorado (REIFOP)

1 comentarios:

Phileas Fogg dijo...

¡Qué gran perdida! Un profesor y una persona modelo y personalmente una inspiración para seguir sus pasos. Tomás, todo el mundo te apreciabamos.

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