¡Eureka...! A propósito del aprendizaje por invisión






Breve aproximación al insight o aprendizaje por invisión

Cuando Arquímedes, matemático y físico griego (Siracusa, 287-212 a. C.), descubrió su célebre principio: "Que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado", salió a las calles de Siracusa desnudo y gritando ¡Eureka!, que quiere decir “lo hallé”, “lo encontré”, y desde entonces se utiliza la palabra “Eureka” para celebrar un hallazgo, un descubrimiento, la consecución de una meta que se busca con afán…

Sumergido en la bañera, Arquímedes tuvo eso que los psicólogos llaman un insight, una invisión, un discernimiento, un aprendizaje súbito, sin tanteos, una experiencia de comprensión profunda, una suerte de inspiración que le permitió una solución súbita, conectada al mundo del inconsciente…

Y es más que probable que cada uno de nosotros hayamos resuelto más de un problema por invisión, de forma súbita, como por arte de magia…!, que hayamos tenido la oportunidad de gritar el ¡Eureka…! inmortalizado por Arquímedes en algún momento de nuestras vidas.

Fue Wolfgang Köhler (1887-1967) – padre de la Psicología de la Gestalt, junto con Max Wertheimer y Kurt Koffka – quien descubrió, trabajando con chimpancés, el aprendizaje por invisión, el insight, que es el resultado de una reestructuración súbita y que supone un darse cuenta, una repentina toma de conciencia. 

El insight también hace referencia a la comprensión de la propia conducta, de manera que tiene una enorme importancia psicológica, puesto que determina la capacidad de autocomprensión y de autoconocimiento y el nivel de habilidad para establecer conexiones entre nuestro mundo interior, nuestro cuerpo y las circunstancia del mundo externo.


eureka.
(Del gr. εὕρηκα, he hallado, perf. de εὑρίσκειν, hallar).
1. interj. U. cuando se halla o descubre algo que se busca con afán (Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española).

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