Esta foto ha sido
elegida imagen del día por la capacidad del GIRASOL para inundar de vitalidad y
de energía todo lo que hay a su alrededor. El Girasol sigue al sol y nos evoca
al Ave Fénix de la bella leyenda egipcia: aquel hermoso pájaro que, después de
ser consumido por las llamas, resurgió de sus propias cenizas y volvió a volar
victorioso hacia Heliópolis, la Ciudad del Sol.
Esta planta nos vino de Hispanoamérica, donde fue símbolo del dios sol, principalmente para los Aztecas en México y para los Incas en Perú, datando su cultivo de al menos el año 2600 antes de Cristo.
Esta planta nos vino de Hispanoamérica, donde fue símbolo del dios sol, principalmente para los Aztecas en México y para los Incas en Perú, datando su cultivo de al menos el año 2600 antes de Cristo.
¿Quién sería capaz de ignorar la presencia impresionante de un girasol, de
la flor del sol? Su belleza es tan brutal que algunos de los mejores pintores,
como Van Gogh o Picasso, no fueron capaces de resistir la tentación de plasmar
en grandes lienzos esta flor tan hermosa, que inunda de vitalidad y de energía
los espacios, que jamás pasa desapercibida, que transforma el entorno, y cuya
sola presencia llama la atención de forma desmedida..., tal vez por su
vinculación con el astro más potente de nuestro universo...
Quizá por todo
ello, por su poderosa energía vital y por su enorme poder simbólico, deberíamos
enseñar a nuestros niños y jóvenes -también a nuestros mayores- a amar esta
planta desde lo más hondo de su corazón...
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