Calderón Almendros, I. y Habegger Lardoeyt, S. (2012) Educación, hándicap e inclusión. Una lucha familiar contra una escuela excluyente. Granada. EDICIONES MÁGINA. Octaedro, 174 pp.
Acaba de ser publicado por Sense Publishers “Education, Disability and Inclusion”, la traducción del libro “Educación, hándicap e inclusión, de Ignacio Calderón y Sabina Habegger. Este hecho sirve de excusa para volver a la edición en castellano. Las repercusiones que ha tenido y está teniendo, sobre todo entre las familias que viven de cerca la discapacidad, a las que cada vez se están uniendo más profesionales de la educación y de otros ámbitos, nos permiten concluir que su lectura es inexcusable entre estos colectivos.
La lectura del libro supone un antes y un después. Quien lo lee corre el riesgo de modificar sus concepciones y actitudes sobre la discapacidad (que, por otro lado, resultan tan difíciles de cambiar); y, lo que es más importante, de cambiar la visión y las prácticas profesionales relacionadas con estas concepciones y actitudes.
Su lectura nos interpela a una transformación personal, a un cambio de la educación y, en definitiva, de la sociedad, para hacernos y para hacerlas más humanos.
Este libro es fruto de un largo estudio de un caso único realizado desde un enfoque de investigación-acción. En él se describe la lucha de una familia contra la situación injusta de segregación, exclusión y opresión que vive uno de sus miembros, su hijo Rafael, en el trayecto final de su escolarización obligatoria.
En ese momento, el equipo de orientación, junto a la escuela, haciendo uso de su situación de poder (también podríamos decir prepotencia), resuelve unilateralmente encaminar la formación de Rafael hacia la educación “especial”, decidiendo por él su formación, su profesión y, en definitiva, su futuro y su vida. En un acto de opresión tratan de cosificar y deshumanizar a la persona, a Rafael, para que entre y encaje en el molde que se ha elaborado de antemano para él.
La obra se estructura en dos grandes apartados. Una primera parte en la que se recoge la fundamentación teórica y donde se hace un recorrido por distintos autores y teorías que avalan, sustentan y ponen en valor las concepciones, vivencias y conocimientos de la familia, que los autores se encargarán de traducir al lenguaje pedagógico.
El libro está fundamentado sobre las bases teóricas del constructivismo social y la concepción del ser humano como proceso inacabado frente al determinismo biológico, en el que la educación emerge como herramienta fundamental para construirse como personas y romper barreras biológicas, sociales… Se asienta en autores que permiten generar propuestas de resistencia, como Freire, Bruner, Vigotsky, Willis, Giroux, McLaren, Apple, Kaplan…
La segunda parte, más extensa que la primera, describe los acontecimientos y la experiencia que se sucedieron durante la lucha: las vivencias, sentimientos y documentos que se van generando para resistirse al molde, al itinerario que le tiene previsto la escuela y sus profesionales.
Lejos de encajar y adaptarse a los designios que tratan de forzar los profesionales, Rafael y su familia consiguen TRANSFORMAR la realidad de lo que se espera de una persona con discapacidad. Lo que Rafael es capaz de realizar dista mucho de considerarse o calificarse con ninguna palabra que empiece por el prefijo dis-, ya que logra distanciarse del estigma y construirse como persona, como otro más, a pesar de todas las presiones a las que se ve sometido: “Abro el ataúd y aquí estoy”, es el escalofriante relato que el protagonista realiza de cómo vivió esas situaciones de enfrentamiento con la institución educativa.
Términos como diagnósticos, cosificación, estigma, deshumanización, opresión, discriminación, desigualdad, conflicto, normalidad y homogeneización tan arraigadas en el sistema educativo, junto al de fracaso escolar son conceptos, entre otros, que, a lo largo del libro, son analizados, rebatidos y contrastados con otros como son la resistencia, transformación, construirse como persona, que son posibles gracias a la lucha de la familia y al apoyo que logra transmitirle a Rafael.
Ante la pretendida objetividad de las evaluaciones y los informes psicopedagógicos de los profesionales de la orientación, se argumenta con lo que denominan contrainforme, en el que se realizan rigurosos análisis y evaluaciones cualitativas, en los que se escucha y se toman en cuenta las aportaciones de sus protagonistas: Rafael y su familia. Desde esta perspectiva se posibilita una evaluación inclusiva, donde es el contexto el que tiene que cambiar para eliminar las barreras que están impidiendo al alumno participar y aprender, es el contexto el que tiene que ajustarse, transformarse para dar respuesta al alumno tal y como es, y posibilitar así su desarrollo.
La narración de la vida de Rafael es toda una lección sobre cuánto tenemos que aprender, tanto de las llamadas personas con discapacidad como de sus familias. Podremos hacerlo si nos situamos como iguales desde el inicio, si escuchamos e incorporamos su visión y la información que nos aportan para enriquecer nuestra respuesta educativa; en lugar de tener ya previsto de antemano el itinerario que deben seguir sin tener en cuenta a la persona.
¿Qué aporta la lectura de este libro? Es un libro transformador, de lectura muy recomendable para cualquier persona, e imprescindible si se es profesional de la educación, de la orientación, atención temprana, sanidad, servicios sociales, o cualquier otro ámbito relacionado con la discapacidad.
Su aportación para estos profesionales puede ser fundamental, ya que contribuye al cambio y a limpiar nuestras miradas. En cualquier caso abre un debate urgente en el que cabe cuestionarse de manera crítica el papel de la escuela y del rol que ejercemos algunos profesionales dentro del sistema educativo. Escrito desde el compromiso, resulta TRANSFORMADOR, a la par que transmite la esperanza necesaria en que el cambio es posible.
Con la perspectiva que da el tiempo se comprueba lo equivocados que podemos llegar a estar los profesionales, cuán injustas pueden ser nuestras decisiones y lo determinantes que son estas decisiones para la vida de algunas personas.
En este caso, a pesar de los profesionales, a pesar de la sociedad, a pesar del estigma, Rafael terminó la Educación Secundaria Obligatoria, el Bachillerato y sus estudios en el conservatorio, formándose como músico tras realizar los grados elemental y profesional de trompeta. ¿Qué hubiese pasado si Rafael y su familia se hubiesen doblegado, como en tantos otros casos, a los dictámenes de los profesionales?
La lectura del libro supone un antes y un después. Quien lo lee corre el riesgo de modificar sus concepciones y actitudes sobre la discapacidad (que, por otro lado, resultan tan difíciles de cambiar); y, lo que es más importante, de cambiar la visión y las prácticas profesionales relacionadas con estas concepciones y actitudes.
Su lectura nos interpela a una transformación personal, a un cambio de la educación y, en definitiva, de la sociedad, para hacernos y para hacerlas más humanos.
Este libro es fruto de un largo estudio de un caso único realizado desde un enfoque de investigación-acción. En él se describe la lucha de una familia contra la situación injusta de segregación, exclusión y opresión que vive uno de sus miembros, su hijo Rafael, en el trayecto final de su escolarización obligatoria.
En ese momento, el equipo de orientación, junto a la escuela, haciendo uso de su situación de poder (también podríamos decir prepotencia), resuelve unilateralmente encaminar la formación de Rafael hacia la educación “especial”, decidiendo por él su formación, su profesión y, en definitiva, su futuro y su vida. En un acto de opresión tratan de cosificar y deshumanizar a la persona, a Rafael, para que entre y encaje en el molde que se ha elaborado de antemano para él.
La obra se estructura en dos grandes apartados. Una primera parte en la que se recoge la fundamentación teórica y donde se hace un recorrido por distintos autores y teorías que avalan, sustentan y ponen en valor las concepciones, vivencias y conocimientos de la familia, que los autores se encargarán de traducir al lenguaje pedagógico.
El libro está fundamentado sobre las bases teóricas del constructivismo social y la concepción del ser humano como proceso inacabado frente al determinismo biológico, en el que la educación emerge como herramienta fundamental para construirse como personas y romper barreras biológicas, sociales… Se asienta en autores que permiten generar propuestas de resistencia, como Freire, Bruner, Vigotsky, Willis, Giroux, McLaren, Apple, Kaplan…
La segunda parte, más extensa que la primera, describe los acontecimientos y la experiencia que se sucedieron durante la lucha: las vivencias, sentimientos y documentos que se van generando para resistirse al molde, al itinerario que le tiene previsto la escuela y sus profesionales.
Lejos de encajar y adaptarse a los designios que tratan de forzar los profesionales, Rafael y su familia consiguen TRANSFORMAR la realidad de lo que se espera de una persona con discapacidad. Lo que Rafael es capaz de realizar dista mucho de considerarse o calificarse con ninguna palabra que empiece por el prefijo dis-, ya que logra distanciarse del estigma y construirse como persona, como otro más, a pesar de todas las presiones a las que se ve sometido: “Abro el ataúd y aquí estoy”, es el escalofriante relato que el protagonista realiza de cómo vivió esas situaciones de enfrentamiento con la institución educativa.
Términos como diagnósticos, cosificación, estigma, deshumanización, opresión, discriminación, desigualdad, conflicto, normalidad y homogeneización tan arraigadas en el sistema educativo, junto al de fracaso escolar son conceptos, entre otros, que, a lo largo del libro, son analizados, rebatidos y contrastados con otros como son la resistencia, transformación, construirse como persona, que son posibles gracias a la lucha de la familia y al apoyo que logra transmitirle a Rafael.
Ante la pretendida objetividad de las evaluaciones y los informes psicopedagógicos de los profesionales de la orientación, se argumenta con lo que denominan contrainforme, en el que se realizan rigurosos análisis y evaluaciones cualitativas, en los que se escucha y se toman en cuenta las aportaciones de sus protagonistas: Rafael y su familia. Desde esta perspectiva se posibilita una evaluación inclusiva, donde es el contexto el que tiene que cambiar para eliminar las barreras que están impidiendo al alumno participar y aprender, es el contexto el que tiene que ajustarse, transformarse para dar respuesta al alumno tal y como es, y posibilitar así su desarrollo.
La narración de la vida de Rafael es toda una lección sobre cuánto tenemos que aprender, tanto de las llamadas personas con discapacidad como de sus familias. Podremos hacerlo si nos situamos como iguales desde el inicio, si escuchamos e incorporamos su visión y la información que nos aportan para enriquecer nuestra respuesta educativa; en lugar de tener ya previsto de antemano el itinerario que deben seguir sin tener en cuenta a la persona.
¿Qué aporta la lectura de este libro? Es un libro transformador, de lectura muy recomendable para cualquier persona, e imprescindible si se es profesional de la educación, de la orientación, atención temprana, sanidad, servicios sociales, o cualquier otro ámbito relacionado con la discapacidad.
Su aportación para estos profesionales puede ser fundamental, ya que contribuye al cambio y a limpiar nuestras miradas. En cualquier caso abre un debate urgente en el que cabe cuestionarse de manera crítica el papel de la escuela y del rol que ejercemos algunos profesionales dentro del sistema educativo. Escrito desde el compromiso, resulta TRANSFORMADOR, a la par que transmite la esperanza necesaria en que el cambio es posible.
Con la perspectiva que da el tiempo se comprueba lo equivocados que podemos llegar a estar los profesionales, cuán injustas pueden ser nuestras decisiones y lo determinantes que son estas decisiones para la vida de algunas personas.
En este caso, a pesar de los profesionales, a pesar de la sociedad, a pesar del estigma, Rafael terminó la Educación Secundaria Obligatoria, el Bachillerato y sus estudios en el conservatorio, formándose como músico tras realizar los grados elemental y profesional de trompeta. ¿Qué hubiese pasado si Rafael y su familia se hubiesen doblegado, como en tantos otros casos, a los dictámenes de los profesionales?
La realidad se ha abierto camino: Rafael Calderón es una persona. Una persona más, a pesar de que nos empeñemos en resaltar que tiene síndrome de Down... ¿Seremos capaces de cuestionar nuestras prácticas habituales para abrir caminos al desarrollo humano?
María José Gómez Corell
Orientadora Educativa
María José Gómez Corell
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Servicis Psicopedagògics Escolars
SPE C-03 Burriana
Comunidad Valenciana
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