En el interior de la Península Ibérica, oculta entre montañas, se encuentra una de las zonas menos pobladas de Europa, la provincia de Soria en Castilla y León; sus gentes abandonaron pueblos y caminos, bosques y antiguos templos, oficios y utensilios, tradiciones, lenguaje, fiestas...
Un grupo de profesores-as, motivados por un deseo práctico de innovación pedagógica y viendo la posibilidad de utilizar multitud de recursos que el medio natural, cultural e histórico de un pequeño pueblo soriano semiabandonado, Abioncillo de Calatañazor, nos proporcionaba, comenzamos desde 1983 a transformar con nuestras manos, medios e ingenio en un Pueblo-Escuela...
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"En Abioncillo reina el principio pedagógico de que antes de enseñar cualquier realidad se debe provocar en los alumnos la curiosidad y el deseo de saber..."
"Paradojas de la historia, cuando los sabios griegos inventaron la palabra Skhole se referían al tiempo libre de (ocio) en el cual los seres humanos (libres de negocios) se dedicaban a pensar razonablemente y a dialogar amistosamente. Lo paradójico reside en el hecho de que hoy en día y en el caso de muchos jóvenes-parados-ilustrados españoles lo que les sobra es tiempo libre y lo que falta, como veremos mas adelante, son Skholes..."
"El taller textil, la fragua, las calles y plazas empedradas, el Ayuntamiento, la cocina en lumbre baja, el horno, el taller de carpintería, el Museo Etnográfico, el colmenar, la choza paleolítica en el robledal, la huerta y los invernaderos, la estación metereológia, el observatorio de astronomía, el laboratorio de fotografía, los instrumentos de música, la amplia biblioteca, el río, los bosques... son la explicación material de como enseñamos..."
"Los paseos largos, tranquilos, a través de itinerarios cuidadosamente elegidos se convierten en una de las actividades principales de cada jornada. Los chicos difrutan del lugar con una gran sensación de libertad y se identifican inmediatamente con el entorno del pueblo. Irán aprendiendo sin darse cuenta, unas veces jugando, otras observando, en alguna ocasión afrontando un riesgo o una aventura que la intuición y la experiencia de los profesores ha elegido. Conocen la configuracion calcarea del terreno descendiendo a una cueva de estalactitas y estalagmitas, con lámparas de carburo entre sorpresas, risas, sustos y explicaciones. Reconocen un carrascal participando dentro de él en un ojeo, para la mayoría desconocido, en busca de un supuesto meteorito que alguien vio caer la noche anterior. Atraviesan campos recién arados durante el invierno hasta que sus pies se vuelven tan pesados por el barro que no pueden seguir y estallan las risas: reconocerán así, y no olvidarán, las tierras arcillosas de las vegas. Reconocen los sonidos del monte, los trinos de los pájaros, los olores de las plantas... jugando junto a los ríos con los profesores..."
"Al final de su estancia en Abioncillo, los alumnos se llevan un bagaje de sensaciones, imágenes, sonidos y recuerdos obtenidos gozosamente durante sus paseos. Y, casi sin darse cuenta, han reconocido la geología, la flora y la fauna del lugar: la configuración de este paisaje cuyo recuerdo guardan para siempre y a cuyo conocimiento les han ido acercando las explicaciones de los profesores, realizadas con distinta profundidad y método según las edades de los alumnos..."
Otras referencias bibliográficas sobre Abioncillo
- Gallego, E. (1989). "Abioncillo: una aldea transformada en escuela." Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Segunda Época. Año III, 7, 29-42.
- Martínez Moñux, F. (2002). "¡Este pueblo no se cierra! La exclusión Social en el Medio Rural de Castilla y León." Valladolid: Consejo de la Juventud de Castilla y León, 69-77.
- Hernández Díaz, J. M.ª (2002). "La educación ambiental y el pueblo-escuela de Abioncillo." En Hernández Díaz, J. M.ª, Pino Lecuona, M.ª y Vega Gil, L. (Eds.): La Educación y el Medio Ambiente Natural y Humano. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 229-236.
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