Los Mandarines. Ha pasado más de medio siglo y las preguntas que encierra la célebre novela de Simone de Beauvoir son hoy más que pertinentes... ...
"La necesidad de abrir un debate sobre la universidad
En 1954 Simone de Beauvoir publicó Los Mandarines, la novela con la que ganó el prestigioso premio Goncourt ese mismo año. Se trata de una obra de ficción que describe las aspiraciones y la vida personal y política de un grupo de intelectuales franceses (periodistas, escritores, psiquiatras) después de la II Guerra Mundial, momento en el que era necesario preguntarse hacia dónde iba Europa, cuál era el lugar que debía ocupar cada uno de los países en ella y qué papel estaban llamados a jugar los trabajadores de la cultura en ese convulso panorama.
En un escenario donde nada de lo que se había conocido hasta el momento parecía ya tener valor o significado, y donde todo estaba por venir, los personajes de esta novela, hombres y mujeres que viven de su trabajo intelectual, se interrogan a diario sobre el presente, tomando decisiones que les van posicionando entre el arriesgado espacio de la libertad, la incertidumbre y la independencia de quienes son, a la vez, juez y parte de las situaciones de injusticia social que se denuncian, y el cómodo lugar del intelectual que trabaja al servicio de un partido político o de los intereses económicos de la potencia mundial emergente que, en el marco de la novela, eran los Estados Unidos de Norteamérica.
Ha pasado más de medio siglo y las preguntas que encierra la novela de Simone de Beauvoir son hoy más que pertinentes. Al igual que hacían los personajes de aquella novela, Los Mandarines, es necesario interrogar al presente y hacer un análisis en primera persona que nos permita entender el sentido de nuestro trabajo en la universidad y con ello, también, el sentido de nuestra vida en común".
[Texto tomado de Adelina Calvo Salvador, Carlos Rodríguez-Hoyos e Ignacio Haya Salmón (2015). Con motivo aparente. La universidad a debate. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, número 82 (29.1). Pulsa aqui para seguir leyendo este artículo].
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