Ángel Ignacio Pérez Gómez: «Ser sabio no significa saber más sino saber usar los conocimientos»
Coordinador del Congreso Reinventar la profesión docente. Un tercio de los escolares de la provincia fracasa en sus estudios. Muchos expertos coinciden en que es necesaria una revolución en cómo enseñar, en hacer las clases más atractivas. Un encuentro, inaugurado ayer, incide en adaptar la escuela a la sociedad de la información.
IGNACIO A. CASTILLO. MÁLAGA
Desde ayer y hasta mañana, las Facultades de Ciencias de la Educación y de Derecho de la UMA acogen el primer Congreso Internacional Reinventar la profesión docente, organizado por el departamento de Didáctica y Organización Escolar. Ángel Pérez es el coordinador de este congreso que reúne a expertos y especialistas nacionales e internacionales que debaten sobre la necesidad de cambiar la escuela y enseñar a los que enseñan a que al colegio no se debe ir sólo a memorizar datos, sino a seleccionar la información y convertirla en conocimiento.
¿Por qué es necesario este congreso, en el que se debate sobre la necesidad de reinventar el trabajo de los profesores?
Al congreso asisten 500 personas interesadas en conocer cómo reinventar la profesión docente. Existe una gran insatisfacción y todos nos preguntamos qué hacer, cómo cambiar... El momento parece el adecuado, iniciado el proceso Bolonia, ya que el nuevo Espacio Europeo de Enseñanza Superior permite abrir nuevos horizontes y modos metodológicos, además de plantear los nuevos planes de estudio para reformar la formación de los docentes, para que puedan afrontar los nuevos desafíos de la sociedad de la información.
¿Desde dónde entienden que hay que propiciar ese cambio en el modelo tradicional de escuela?
A los niños hay que enseñarles a que tienen que aprender a lo largo de toda la vida. Si algo está claro es la velocidad del cambio, la proliferación de la información, la actualización permanente de la misma y la necesidad de que el sujeto aprenda a diferenciar, a distinguir y evaluar qué merece la pena y qué no. Y eso lo tiene que hacer a lo largo de toda la vida. Ya se ha superado la concepción de que sólo se aprende en la escuela y luego se reproduce lo aprendido.
¿Cómo se enseña a los niños a que cambien esos valores?
Haciendo que vivan en la escuela la misma complejidad que hay en la sociedad. Y que aprendan a distinguir y contrastar. A ir creando sus propios criterios. No detenernos tanto en los datos de las distintas disciplinas. Ahondar en los modelos mentales. Los datos son el nivel inferior del conocimiento. Que aprendan a gestionar la información y convertirla en conocimiento, porque ahora los datos los tenemos a golpe de ratón. Hay que enseñarles a hacer esquemas y mapas mentales, que les ayuden a encontrar los datos, compararlos, contrastarlos, lo que les permitirá comprender la complejidad del mundo en que vivimos.
¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que la escuela cambie el modelo tradicional de dar clases?
Todavía sólo se enseñan datos en los colegios. Animales vertebrados o invertebrados, ríos, regiones, fechas de reinados históricos... Pero muchos nos hemos dado cuenta de que la escuela tradicional ha cumplido ya una etapa. Hay que cambiar la mentalidad de la sociedad y de los propios profesores. No se es sabio por saber las fechas del periodo Liberal o todas las obras de García Lorca. El sabio es quien es capaz de disfrutar de la poesía de Lorca, usar esa información y organizarse para saber vivir la vida.
¿Están los profesores dispuestos a protagonizar esta revolución a la hora de enseñar?
Los docentes lo están deseando, porque quieren aprender a hacer que sus alumnos tengan interés por sus clases. Y ése es el eje de la profesión: enseñar a los que quieren, a los que no quieren, a los que no saben y a los que no pueden. Los docentes son sensibles a eso. Todo esto requiere de una nueva manera de entender el conocimiento, como algo útil. Ir al colegio no debe significar aprender para luego reproducirlo en un examen. Aprender debe servir pra ayudar a entender la vida, la sociedad, el arte... Hay que comprender, no retener datos.
Está describiendo por qué hay tanto fracaso escolar.
El fracaso es un síntoma del aburrimiento y del desfase entre la escuela y lo que se enseña y lo que los niños viven en su vida cotidiana, sus deseos y expectativas. Hay que diseñar un currículum que les capte.
Desde ayer y hasta mañana, las Facultades de Ciencias de la Educación y de Derecho de la UMA acogen el primer Congreso Internacional Reinventar la profesión docente, organizado por el departamento de Didáctica y Organización Escolar. Ángel Pérez es el coordinador de este congreso que reúne a expertos y especialistas nacionales e internacionales que debaten sobre la necesidad de cambiar la escuela y enseñar a los que enseñan a que al colegio no se debe ir sólo a memorizar datos, sino a seleccionar la información y convertirla en conocimiento.
¿Por qué es necesario este congreso, en el que se debate sobre la necesidad de reinventar el trabajo de los profesores?
Al congreso asisten 500 personas interesadas en conocer cómo reinventar la profesión docente. Existe una gran insatisfacción y todos nos preguntamos qué hacer, cómo cambiar... El momento parece el adecuado, iniciado el proceso Bolonia, ya que el nuevo Espacio Europeo de Enseñanza Superior permite abrir nuevos horizontes y modos metodológicos, además de plantear los nuevos planes de estudio para reformar la formación de los docentes, para que puedan afrontar los nuevos desafíos de la sociedad de la información.
¿Desde dónde entienden que hay que propiciar ese cambio en el modelo tradicional de escuela?
A los niños hay que enseñarles a que tienen que aprender a lo largo de toda la vida. Si algo está claro es la velocidad del cambio, la proliferación de la información, la actualización permanente de la misma y la necesidad de que el sujeto aprenda a diferenciar, a distinguir y evaluar qué merece la pena y qué no. Y eso lo tiene que hacer a lo largo de toda la vida. Ya se ha superado la concepción de que sólo se aprende en la escuela y luego se reproduce lo aprendido.
¿Cómo se enseña a los niños a que cambien esos valores?
Haciendo que vivan en la escuela la misma complejidad que hay en la sociedad. Y que aprendan a distinguir y contrastar. A ir creando sus propios criterios. No detenernos tanto en los datos de las distintas disciplinas. Ahondar en los modelos mentales. Los datos son el nivel inferior del conocimiento. Que aprendan a gestionar la información y convertirla en conocimiento, porque ahora los datos los tenemos a golpe de ratón. Hay que enseñarles a hacer esquemas y mapas mentales, que les ayuden a encontrar los datos, compararlos, contrastarlos, lo que les permitirá comprender la complejidad del mundo en que vivimos.
¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que la escuela cambie el modelo tradicional de dar clases?
Todavía sólo se enseñan datos en los colegios. Animales vertebrados o invertebrados, ríos, regiones, fechas de reinados históricos... Pero muchos nos hemos dado cuenta de que la escuela tradicional ha cumplido ya una etapa. Hay que cambiar la mentalidad de la sociedad y de los propios profesores. No se es sabio por saber las fechas del periodo Liberal o todas las obras de García Lorca. El sabio es quien es capaz de disfrutar de la poesía de Lorca, usar esa información y organizarse para saber vivir la vida.
¿Están los profesores dispuestos a protagonizar esta revolución a la hora de enseñar?
Los docentes lo están deseando, porque quieren aprender a hacer que sus alumnos tengan interés por sus clases. Y ése es el eje de la profesión: enseñar a los que quieren, a los que no quieren, a los que no saben y a los que no pueden. Los docentes son sensibles a eso. Todo esto requiere de una nueva manera de entender el conocimiento, como algo útil. Ir al colegio no debe significar aprender para luego reproducirlo en un examen. Aprender debe servir pra ayudar a entender la vida, la sociedad, el arte... Hay que comprender, no retener datos.
Está describiendo por qué hay tanto fracaso escolar.
El fracaso es un síntoma del aburrimiento y del desfase entre la escuela y lo que se enseña y lo que los niños viven en su vida cotidiana, sus deseos y expectativas. Hay que diseñar un currículum que les capte.
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